LLueve y LLueve. Laura León Sánchez. Mi nieta.

25 febrero 2010

ANDALUCÍA

Conmemoración del referendum del año 1980, que dio autonomía plena a la comunidad andaluza. Andalucía.

ANDALUCÍA

Blanca y verde,
verde y blanca,
así es la bandera de Andalucía.
Blancos los corazones,
verdes las esperanzas.
Esperanzas que tenemos los andaluces
para no mirar atrás,
adelante siempre, poder caminar;
resaltar los valores de nuestra tierra
y olvidar los errores y la miseria.
Unidos todos juntos,

sin miedos ni rencores,
cuidando el pasado y sinsabores,
trabajando todos juntos,
mujeres y hombres, hombres y mujeres
para poder redimir
todo lo que sufrienton nuestros mayores.
Nos dejaron un legado
difícil de superar;
pero aquí estamos nosotros
para contar a nuestros nietos
cómo esos hombres y mujeres,
pasaron a la historia por sus valores.
Por nuestra tierra pasaron
íberos, fenicios,
cartagineses, romanos,
árabes y cristianos,
y con todas estas razas
de diversas costumbres y culturas encontradas
nuestros mayores, a golpe de martillo
forjaron en sus fraguas los corazones.
Así nació Andalucía, la mejor tierra de España.

Ocho provincias,
las ocho hermanas,
de blancos corazones,
verdes las esperanzas;
a su paso dejaron grandes riquezas.
Sembraron nuestras tierras
de monumentos,
castillos, catedrales, mezquitas y mucho más,
que sería imposible enumerar.
Nuestra Andalucía tiene luz y belleza,
paraíso del mundo en nuestra tierra.
Acogedora y cálida,
de nobles corazones son nuestras gentes,
que acogen al caminante
sin condiciones.
Andalucía lleva arte en las venas:
inventores, pintores,
escritores y poetas.
En cada garganta hay una alondra,
en cada suspiro un poema. Que con arte y simpatía
cantamos las alegrías
para ocultar nuestras penas.
Así es como yo siento
el vivir de nuestra tierra.
A cualquier parte del mundo
donde vaya un andaluz,
allí está Andalucía,
y con él nuestra bandera
y el orgullo de mi tierra.



Ana Serrano López
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11 febrero 2010

SENTIMIENTO


"No soy nada, nada siento,
no soy nada, nada tengo.
Siento que mis pensamientos
de sentir, están muriendo,
siento que en esta existencia,
por vivir, estoy muriendo,
y para poder vivir,
yo siento que nada tengo.

En esta vida yo estoy
y no sé para lo que vengo.
Por más que espero no hallo,
por más que busco no encuentro,
por más que espero no tengo.

Durmiendo me siento a veces
y buscando me despierto.

Para encontrar mi vida
a Dios me encomiendo,
pero, ¿qué pasa, Dios mío,
que respuesta yo no tengo?

Dime, ¿para qué estoy aquí,
si mandato no recuerdo?

Dime, ¿para qué me diste
este cuerpo que no quiero,
estos ojos que no ven
lo que busca el pensamiento,
estas manos que no encuentran
hacer cosas de provecho,
estos pies que sin cansarse
andan un camino muerto?

Y cansada de buscar,
siento que me estoy muriendo."

Ana Serrano López
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04 febrero 2010

MI PRIMER NIETO

Cuando sufrimos la muerte inesperada de mi hermana, mi madre cayó en una tristeza profunda, que le hizo perder toda la ilusión por vivir.
Ni siquiera la noticia de que yo iba a ser madre por primera vez, la sacó de tanta tristeza.

Pero unos meses después, en la madrugada del 2 de agosto de 1986, cuando nació mi hijo Carlos, recuperó esa ilusión por la vida y por los niños. Desde entonces, cada nacimiento de un nieto o nieta ha sido motivo de alegría.
"Hoy siento en mi corazón
la ilusión que había perdido
al sentir con alegría
el llanto tierno y feliz
de este niño tan querido.

Cuando su madre,
contenta de amor y felicidad
me lo puso entre mis brazos,
la alegría de aquel ser
me hizo a mí comprender,
que el amor nunca se pierde,
que el amor nunca se olvida.

Y sentí en mi corazón
como una nueva ilusión
que en mi pecho renacía,
y en ese mismo momento
como una flor que se abre,
sentí en todo mi ser
la alegría que en otro tiempo
yo pierdiera sin querer.


Ana Serrano López
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02 febrero 2010

EL CAZADOR


Mi padre, cazador por vocación y por necesidad. Acudía cada mañana al campo, a buscar su pieza, para venderla y sacar unos dinerillos para la casa, o para dar de comer a su familia.

Uno de esos días acudió sin su presa, y con la cara desencajada por la emoción, nos contó esta historia, que años después, recordé, tal cual nos la comentó.




EL CAZADOR


Cazador de piel curtida,
hombre rudo y sin conciencia
que con su escopeta al hombro
sale buscando su presa.
Por montes y por cañadas,
entre pinares acecha,
y a todo lo que se acerca
dispara con gran destreza.

En la taberna del pueblo
con sus amigos comenta:
Ésta, me salió de frente,
ésta, por la parte izquierda,
y apenas me dio tiempo
para saber lo que era.

Es una liebre, y macho,
¡buena caza, compañero!
¡Suerte y buena puntería,
que aquí no existe más ciencia.

A la mañana siguiente,
con el alba se despierta
y con su escopeta al hombro
hacia el arroyo se acerca.

Camina muy sigiloso
para no espantar la presa
y en medio de una vereda
con una liebre se encuentra.

Cuando la tiene delante
se echa la escopeta al hombro,
y a punto de disparar,
ésta le mira a los ojos
como si quisiera hablar:

"No me mates cazador,
que bajando esta vereda
y detrás de ese matorral,
tengo yo mi madriguera;
mira, mira mis ubres están llenas
para amamantar mi camada
que con ternura me espera".

Y este hombre, alto,
fuerte y rudo por naturaleza
que creemos sin conciencia,
con lágrimas en los ojos
hacia su casa regresa,
y en un rincón del desván,
ha colgado su escopeta.
____________________ Ana Serrano López
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